miércoles, 26 de septiembre de 2012

Pentimento



Un edificio se asoma al bulevar, encajonado entre una feria de comida rápida y otro inmueble que, como él, conoció mejores tiempos. Tendrá unos 4 o 5 pisos; en su lado derecho posee unos balconcitos que hablan de la ficción del desahogo, espacios en los cuales rara vez se ve a alguna persona oteando el horizonte. En uno de ellos subsiste a duras penas una mata, seguramente una sábila, planta que aguanta largas épocas sin necesidad de cuidados particulares: el agua que de vez en cuando le cae del cielo es suficiente para prolongar su vida. Del lado izquierdo, en cambio, la edificación cuenta con unas pequeñas ventanas, que cumplen con la misión de secar la ropa. En los días de lavado se puede hurgar en la intimidad de sus habitantes, a través de la colorida exhibición de ropa interior y demás prendas de vestir. En la planta baja del edificio, al lado de la minúscula puerta que permite el acceso a los pisos superiores, hay un espacio destinado al comercio; actualmente una panadería lo ocupa, y en ella satisfacen su apetito centenares de personas que transitan a diario por esa zona, situada en el extremo este del bulevar. Un negocio modesto, sin mayores pretensiones más allá de servir de escusa para una pausa en el trajinar diario. Pero no siempre fue así; un detalle al desgaire señala que ese lugar tuvo un pasado glamoroso, un indicio que habla de elegancia y poderío económico. En pintura se le dice "pentimento" a una imperfección, un detalle que deja el pintor, semioculto, en alguna de sus obras. Algo así como un guiño hacia los espectadores más acuciosos. Nuestro edificio tiene un pentimento: si se mira con cuidado, encima del ajado mármol que cubre la fachada del  inmueble, se puede observar la huella de unas letras que estuvieron allí durante mucho tiempo, hace décadas. Eran letras de bronce, de tipografía sobria y elegante. Esas letras, o más bien la sombra que dejaron como constancia de su presencia por estos lares, componen las palabras "Rolls Royce".

2 comentarios:

  1. Bonito escrito. Me alegra que la imagen le haya gustado y, como comunicador, me alegra mucho más que publicarla haga que otras personas tambien encuentren significado en ella.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Julián. Esa historia menuda de la ciudad me apasiona, ya que la viví de primera mano, en mi infancia. ¡Saludos!

    ResponderEliminar