sábado, 7 de diciembre de 2013

Las Corocoras: lugar 5, comida 4, atención 1.



El Parque del Este tiene un lugar sumamente acogedor, a la orilla del laguito de las aves acuáticas. Un lugar privilegiado, en donde se disfruta de un ambiente umbroso, un grato silencio y una hermosa vista. Y se puede comer, también. Se trata del Restaurant Las Corocoras.

Esta mañana pensé en invitarle a mi esposa un juguito en ese sitio, después de nuestra habitual caminata, pero estando allí vimos que ofrecían desayunos criollos, y como teníamos esa comida pendiente decidimos aprovechar y resolverla allí. Nos tomó la orden un muchacho muy amable, y nos invitó a sentarnos, previo pago del consumo, que ellos nos llamarían cuando estuviera listo. Así hicimos, y nos pusimos en una de las mesas más cercanas a la orilla del lago, para  tomar algunas fotos mientras salía nuestro pedido.

El tiempo iba pasando, y cuando nos comenzó a parecer que ya era demasiado, y notamos que muchos clientes que habían llegado después de nosotros ya estaban comiendo, me fui al mostrador a ver qué pasaba. Allí se acabó la amabilidad. Le pregunté a una señora que parece la jefe del sitio, y me dijo que no había ninguna orden pendiente, así, de buenas a primeras. Por fortuna el muchacho que había tomado la comanda apareció y dijo que sí, pero que aparentemente se había traspapelado. Cuando comencé a manifestar mi inconformidad (ya había pasado más de media hora) la señora me dijo que yo tenía que esperar. NUNCA HUBO UNA DISCULPA. Simplemente la explicación de que en la cocina se había extraviado la orden. Para cerrar el episodio, habían anotado mal las bebidas.

Cuando se atiende al público el servicio lo es todo. Tal vez tuvimos mala suerte (la comida estaba buena, no hay quejas en ese sentido), pero siento que no fuimos tratados con consideración, tomando en cuenta el largo rato que estuvimos esperando. Espero que los concesionarios del lugar puedan leer esta nota, y la tomen en cuenta para futuras ocasiones.

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